Que comience la fiesta
De Barcelona a Atenas
Martes 1 de Febrero.
Algo que no os he contado es que el vuelo, la compañía aérea, lo cambió a cuatro días de su salida y casi me da un siroco.
De la fecha que tanto me gustaba, el 2/2/22 pasó al día 1, pero mejor no? Un día más de viaje.
“No se consuela el que no quiere”
Llego al aeropuerto sin fallo ninguno, a muy buena hora y sin estrés. Si algo he aprendido con la cantidad de movidas que me pasaron en el viaje de la primavera pasada, es que no es mi mejor amigo. Que en esos momentos debo poner el mil por mil de mi atención en todo. En todo, absolutamente todo, de lo que haga. Pues es ahí donde la cago habitualmente.
Así que al señor estrés lo dejamos en Barcelona.
En el mismo aeropuerto me quedo toda loca, porque empiezo a ver en la zona de vueling maquinitas para que tú mismo te factures el equipaje, sí, sí, saques la etiqueta, la pegues en la maleta y creo que la pones en la cinta.
Ésto no lo recuerdo muy bien, porque yo, al llevar equipaje especial (bici), tuve que ir sí o sí, al mostrador
Es para flipar. Pienso en la cantidad de puestos de trabajo que se han ido a la mierda y en el trabajo que ahora hacemos nosotros. En fin…
En el equipaje facturado (cajón del café) me pasé un kilo, pero el chico me lo dio por bueno y no me cobró nada, iba con el estómago en un puño. Uff menos mal!!
Cada vez que emprendo un viaje es increíble los nervios que paso y una vez que todo pasa, pienso, joder, no era para tanto, pero de momento esa parte soy incapaz de controlarla, pero darme tiempo.
Por cierto, en el aeropuerto, en el mostrador de facturación, te piden la prueba de antígenos y PLF que los griegos te piden cumplimentar.
Y al llegar a Atenas te hacen una PCR.

Ya estamos en Atenas sí sí sí!!
Alex me escribe y me comenta que llegará algo tarde, que no ha pasado buena noche y ha salido más tarde de lo esperado, le digo que sin fallo, que yo tengo una liada bastante gorda con montar a la dragona y su versión Koffeecleta Viajera.
Y efectivamente, liada gorda. Por cierto, llegó todo bien, nada se perdió por el camino ;). Raro en mí, no?





Quizá, tardo como dos horas en montarlo todo, lo hice allí a la salida justo del aeropuerto, y al pasar un hombre de limpieza le dije lo de la caja y él me dijo que se encargaría de recogerla. Genial! Algo menos por lo que preocuparme.
Cuando Alex llega al aeropuerto no nos damos localizado, al parecer él está como por la parte de arriba, y yo en la de abajo, pero al final, por favor, la duda ofende, consigue bajar y el encuentro es de subidón subidón!!
Salimos del aeropuerto acercándose ya la tarde y el tiempo no pinta muy bueno, además Alex no se encuentra muy bien, así que decidimos, que en cuánto encontremos un sitio medio majo, acamparemos para pasar la noche.

El viento se hace notar, en plan, hola que tal? Bienvenida a Grecia
El sitio para pasar la noche lo encontramos como a 14km del aeropuerto, después de pararnos a comprar algo de comida y conseguir agua en una gasolinera.
El lugar nos sorprende por lo guapo que está, en mitad del pueblo. Pues hay un bosquecito y allí que nos apalancamos.

Artemida
Miércoles 2 y Jueves 3 de Febrero
Alex estuvo malito estos dos días y además el tiempo no acompañó nada de nada, lluvia y viento que desde dentro de la tienda lo fuimos llevando genial.
No es lo mismo que te pille pedaleando por el mundo adelante, a que te pille cobijado en tu mini hogar.


Nos fuimos turnando tareas. Un día salió Alex a por agua,y al siguiente lo hice yo, somos un equipazo.
Por cierto, aproveché para darle cosillas al Alex ese primer día, para que las dejase a la puerta de la iglesia. Cosas que he descartado de mis alforjas para hacer algo más de espacio, pues me he dado cuenta que voy algo justa con las cuatro alforjas pequeñas.
Metí bragas como para parar un tren, algún calcetín también dejé y un pantalón finito rollo verano. En fin, que no sé en lo que estaba pensando cuando salí de casa.
Creo que es momento de hacer esa lista de cosas, pero ahora que llevo ya más de veinte días de viaje. Así sí, esa lista sería la buena.
Estos días también hice de cocinillas, que menos!! Cuidar un poquito a Alex ya que no se encuentra muy bien.
Pensamos que igual era amigdalitis porque le costaba un montón tragar, pero después de mirarle si tenía placas y controlar la fiebre, decidimos que eso no era. (Llamé a Olguita, mi gran amiga la enfermera top, para pedir consejo)

También, aproveché esos momentos de tranquilidad para coser unos parches muy molones a mi riñonera, me parto, porque es la riñonera que llevo haciendo Enduro y uno de los parches es de Irra, de “Ciclismo sin prisa” jajajaja es buenísimo. El otro es de Montañas Vacías, Ernesto de Teruel. Tenía el de La Bici es Bella pero demasiado grande y no tengo lugar para él en ella, algo se me ocurrirá para llevarlo conmigo, supongo.

De Artemida a Polydendri
Viernes 4 de Febrero
Nos despertamos y parece que el sol va a ser nuestro compi de trayecto hoy.
El primero en salir de la tienda es Alex y cuando me doy cuenta está poniendo un cordel para ponerlo todo a secar.
Las tiendas generan condensación y los sacos no están del todo secos en su exterior. Una putada, pero nada que unos rayitos de sol no sequen.

Vamos muy con la calma y no salimos temprano del campamento Krasty.
Hoy lo bueno es, que hemos conseguido un warmshower donde pasar la noche y darnos una duchita caliente.
Alex después de las sudadas de fiebre es lo que más necesita y yo por supuesto no le pienso hacer ningún feo.
Pedaleamos por una carretera horrorosa y llena de tráfico, la gente no respeta nada y a veces nos dan bastante sustos. De hecho Alex en más de un momento les ha dado el toque, sobre todo a los autobuses.
Estamos cruzando ciudades cada rato.
Paramos a merendar en un cruce, en mitad de una de ellas.
Nuestras pedaladas no paran con tal de llegar a casa de Giorgos. Tal es el ansia que cuando le digo de parar a comer algo, me dice que solo quedan 10 km y que le damos. Yo le digo que ni de coña, que yo paro a comer y el tío va y suelta que está hasta mareado.
Me parto y él por supuesto también, cuando es consciente de lo que acaba de decir.
-Estoy mareado pero seguimos que quedan solo 10 km.
Hay dios mío éste Alex!
Pues anda que no nos vino bien esa paradita a reponer fuerzas, sobre todo porque la casa de Giorgos, está en un pueblo y arriba de todo. Venga de noche y para arriba para finikitar el día. En fin.
Lo bueno, es que llegamos guay! Y nos estaba esperando con el radiador encendido, con toallas limpias, y con la cena hecha!! Sí, así como lo leéis.
Siempre mola llegar a la casita de alguien, poder darte una ducha y poner a cargar las baterías. Montamos un tenderete de cables importantes.
Hay una cama y un sofá grande. Alex duerme en la cama porque el que ha estado jodido estos últimos días ha sido él. Pero debo deciros que el sofá está de p.m.
Subimos después de ducharnos. Giorgos, nos tiene la cena hecha, increíble porque con antelación nos preguntó si teníamos algo reseñable en cuánto a la alimentación. Alex es vegetariano, y yo tengo intolerancia al gluten, menudo cuadro pensaréis, así como vais a casa de nadie no??
Cenamos unas judías verdes con patatas, Alex con queso y yo con pollo. Lo de tener la cena en el plato es algo que a mí me resulta un lujazo increíble, si ya de normal me flipa, imaginar viajando en bici. Indescriptible casi.
Estuvimos un rato de palique, al que se unió su madre que recién llegaba a casa. Más maja la mujer también.
Intentando aprender algo más sobre el idioma griego, pues sabíamos decir bien poco y lo aprendido fue con el google translate.
De Polydendri a Chimatari
Sábado 5 de Febrero
Cómo se nota el dormir en una casa, levantarte en mitad de la noche sin pereza para echar un pis.
Cuando nos despertamos, arriba ya se oían voces, a las nueve habíamos quedado para tomar café del bueno. Total que nos subimos.
Cuando llegamos a la cocina, encima de la mesa teníamos ese desayuno para campeones, la pena es el pan, no compré de mi pan y las dos tortitas de arroz que me quedan, allí que las acabo con un huevo duro, después de que llegase la madre de Giorgos y nos enseñase que “en aquel bote” había avena. Creo que vio como se me iluminaba la cara.
Hice como dos Aeropress, la mujer era muy cafetera y además agradecida. Giorgos que no iba a tomar café pero acabó tomando de las dos cafeteras que hice, por qué será?
Pues claro!! Cafelazo. En este caso un Etiopía Natural de Animal Coffee y un Indonesia Honey Anaeróbico de Mundo Novo Coffee.
Y bueno, debo confesar que no salieron muy ricos, pero creo fue por el agua, aparte de que tengo que ir matizando la receta, obvio.
Salimos después de nuestra fotillo de despedida.

El día ha sido así como bastante lineal, nada muy reseñable, la verdad, paradita de la Yoli a comprar unas pasas, porque después de verme ayer con esa hambre atroz, y no tener nada a mano para ir comiendo en esos momentos que me entra la debilidad, he decidido que yo llevaré siempre algo, aunque sean unas pasas.

Voy algo rallada con mi “organización de alforjas”, debo de estar quejándome a menudo, pero claro!! Son tantos los cambios.
Os cuento:
El primer viaje largo lo hago al sudeste asiático, donde llevo alforjas grandes traseras y maletero ( saca transversal entre las alforjas) y bolsa de manillar. Bien de espacio y todo controlado porque hasta ese momento siempre he viajado así.

El siguiente que hago es ya con la Kofffeecleta Viajera, llevo el cajón del café sobre el transportín trasero y llevo un carro Bob. Donde sobre él va una saca inmensa, donde entra todo y da igual como lo pongas jajajaja. Que yo llevaba bolsas organizadoras ehh e iba de lujo. Tampoco sin pegas de espacio. Iba triunfada en este sentido, aunque lo del carro no resultó muy cómodo la verdad.

Y ahora de repente, llevo cuatro alforjas, dos delante, dos detrás y el cajón del café delante. Todo cambia. Y para colmo, llevo mil de movidas, pero que si te lo paras a pensar no son tantas, pero la falta de espacio me dan ganas de mandar las mil de movidas extras para casa de vuelta en un paquete, rollo acuarelas que aún no abrí, y la tablet (con la que estoy escribiendo ésto).
Quiero tener espacio. No soporto llevar mil de movidas por fuera de las alforjas la verdad.
Pero no me quiero estresar, es normal que los primeros días sea todo así de caótico, supongo hasta que le pille el punto.
Con Alex es un no parar de reír, no os lo he dicho, pero llevamos un buen rollito que a quién se lo cuentes no se lo cree.
Es que es así y es la pura realidad. Nos levantamos los dos con una buena onda que alucinas. Risas continúas, el humor de Alex, que yo le tengo más que pillado, hace que me descojone de risa. De verdad a veces es para vernos por un agujerito, pensariáis como yo lo hago y me digo
“estamos fatal de lo nuestro”
Ahora de repente seguimos la Eurovelo 11 y por fin vamos triunfados, vale que a veces nos metemos por caminos de tierra pero por estos lares, es mucho más fácil encontrar lugar para montar las tiendas de campaña y pasar la noche.
Y efectivamente, después de pedirle a una señora en una casa algo de agua, al rato acampamos debajo de unos olivos. Que ni tan mal.

De Chimatari a Mouriki
Domingo 6 de Febrero
Nos despertamos con el sonido de unas motosierras y algún que otro disparo, es domingo y aquí los griegos deben también tener la veda de caza abierta, que putada, pues los sobresaltos a ratos no molan nada.
Cuando me levanto a echar un pis, veo que los de las motosierras están en el campo de al lado. Hago por que me vean, no meando, obvio, jajajaja y les saludo Kalimera ( buenos días en griego).
El hombre me saluda sonriendo, lo cual a mí me tranquiliza bastante, porque nunca sabes, el estar en un campo igual privado, puede no sentar muy bien.
Alex me da los buenos días desde su tienda, siempre con una sonrisa de la hostia, lo cual mola mucho.

Nos levantamos los dos y ponemos todo a secar y por supuesto una de las primeras cosas es poner las placas al sol para ir cargando baterías.
Y le voy pillando la rutinilla al tío, lo primero que hace es eso, tenderete para poner las movidas a secar. El toldo, con el que tapa las bicis lo primero, luego ya el saco y las partes húmedas de la tienda. Tomo nota.
Si la condensación no ha sido mucha, el saco no lo pongo a secar y lo guardo directamente, me está rallando bastante lo que tardo yo en tenerlo todo organizado, al final, me tiene que esperar la mayoría de las veces y no lo llevo nada bien.
Intento no rallarme puesto que es parte del viaje de estar compartiendo y también por lo que os comentaba antes, me faltan días para tenerlo todo controlado.
Hay cosas que he empezado a ponerlas de tal manera y al final no era la mejor y la cambio, y así varias veces, y bueno, las veces que hagan falta hasta que acabe con la fórmula perfecta y todo integrado.
Yo por supuesto, hago café café café del bueno (poner la canción de La Koffeecleta , Quiero Café de Rosa Morena).
Y me acerco con dos cafelazos a los hombres que están con las motosierras. Que mientras desayunamos Alex y yo, les escuchamos reírse y nos sacan a nosotros también una sonrisa. Mola el buen rollito que desprenden.

Súper agradecidos, se acerca uno de ellos a charlar un ratillo con nosotros, ya sabéis, lo típico de dónde sois, a dónde vais, y nos regala una botella de agua a cada uno.
Con la misma y después de tenerlo todo ya recogido nos vamos por dónde hemos venido.
Al salir nos cruzamos con dos de esos cazadores y de repente uno me avisa que se me cayó algo, la silla. Voy a por ella y se lo agradezco, y cuando miro, me falta también la alforjilla negra estrecha que me regaló mi gran amigo Iván de León, y media vuelta que me doy corriendo en su busca. Y uff menos mal que la encontré.
Cuando vuelvo a la dragona, lo engancho todo mucho mejor, para no tener más sustos.
Seguimos Eurovelo 11 pues vamos súper bien por ahí y la aplicación de mapas que usa Alex Mapy.cz va genial, y está todo el recorrido marcado para ir en bici. Te da desniveles y perfiles del terreno y la verdad, para mí, que soy mucho de coco, me viene guay para prepararme para lo que me espera.
De la que vamos pedaleando vislumbramos el Golfo Sur de Eubea, y en uno de los pueblos veo un puesto en la carretera con pescado fresco, ¿en serio? Pescado fresco. Miro al Alex y le digo que paro, que voy a ver el precio e igual me compro un pescadito.

Que por cierto, no os conté pero al final me hice con un “vaporera” porque si algo me quería traer era eso, una vaporera de bambú, desde España. Menos mal no la conseguí, porque me hubiese ido tocando las narices todo el rato por el espacio que me ocuparía.
En cambio en el primer supermercado que me encontré al llegar a Grecia y por tres euros cuarenta y cinco, encontré un colador de silicona plegable, jajaja, y fue perfecto, porque le corté el plástico duro de asa que tenía y me ha quedado una vaporera plegable que flipas!
Pues bien, a lo que iba, pescadito fresco…
Para allá que voy, los precios no están muy desorbitados y al final cuatro peces por euro y medio, me lo permito, obvio, ya estoy casi salivando.
De la que vuelvo al lado de Alex, sorpresa!! Me encuentro una bolsita con Marihuana, jajaja, me entra la risa, si fuese en otro momento de mi vida, estaría triunfadísima pero en estos momentos que soy más sanota que la hostia, simplemente pienso en igual una infu para dormir. Como cambia el cuento…
Me saco una foto de coña que no la publicaré abiertamente, aunque pensamos en hacerlo con encuesta incluida en el instagram, pero luego, cuando te lo paras a pensar, no lo haces.
Cuestión de imagen. Estamos pedaleando un reto solidario animando a la gente a hacer microdonaciones y solo falta que rule una foto así para desacreditar la bonita labor que estamos haciendo y todo por una coña, así que no nos la jugamos.
Seguimos!
¡El paisaje nos parece una pasada! Carreteras y caminos sin casi tráfico nos van animando todavía más. Hoy toca comer en la playita, contemplando el mar, ni tan mal.


Tenemos que encontrar wifi, o buena señal para tener datos móviles hoy a las siete porque Alex tiene una conexión en directo con una gente en Italia, por lo del reto 10.000 km para la Educación y Bicicletas Sin Fronteras.
Llegamos a Mouriki deseando encontrar un supermercado, pues nuestras existencias de comida, eran escasas. Y nada más llegar aparece delante nuestra, una tienda de pueblo regentada, como supimos después, por un hombre pakistaní.
Al decirle que éramos españoles, llamó a su hija, que si en un principio pensamos que nos estaba diciendo que estaba en la Coruña, resultó estar en Logroño.
Hablamos con ella y nos decía que le compremos mucho a su padre en la tienda y nosotros, mucho no podemos porque no tenemos dinero.
A ver, llevamos dinero pero llevamos un presupuesto muy bajito. Quedan aún unos meses de viaje, y Alex, lleva ya unos ocho de viaje, y yo decidí viajar con casi lo puesto, con el primer mes de gastos cubierto. Con la esperanza de vender café por el camino y pintar alguna postal con acuarelas y venderlas también.
Así que mirando muy bien los precios de cada cosa, y si las naranjas son más baratas que las manzanas, pues naranjas. Cero caprichitos. Que eso no quita, que un día nos los demos, obvio, somos personitas y además, merecedoras.
Al final, nos quedamos todos cortados, porque un comentario que fue sin intención de ningún tipo, dio como resultado que el hombre no nos dejó pagar lo que cogimos, además de regalarnos él unas cebollas y unas latas de carne embutida que por supuesto la Yoli es la que dará buena cuenta de ellas.
Ah Alex, sé siente, haber elegido carnívoro.

El mismo hombre nos dejó usar su wifi para la conexión de Alex con Italia y además sacó de la tienda un par de sillas. Más majete.
Yo le regalé un llavero de La Koffeecleta y me dio el número de Misbah, a la cual escribí por whatsapp para agradecerle y contarle un poco el viaje en el que estamos inmersos y ofrecerle mi casa en el Piri.
Me encantará conocerla en persona y no descarto ir a Logroño a conocerla. Molaría mucho.

Y ya se nos hizo de noche, mientras Alex terminaba la videollamada.
Yo me fui con un hombre albanes, amigo del padre de Mibah en busca de un lugar para pasar la noche, y el primero que me enseñó era al lado de la carretera en un parque todo iluminado, que por cierto descarté y le dije que no.
Al final fue a la iglesia, y en el terrenito de alrededor, allí sí que montaremos el campamento krasty.
Me puse con la cena mientras no llegaba Alex, le mandé un mensaje para decirle que estaba en la iglesia.
Y esa noche cenamos bien agustito un pedazo de cocido de verduras con garbanzos que casi se nos saltan las lágrimas.
Aunque el día de antes, sintiéndome un poco mal por ello (porque soy de compartir hasta el último aliento de vida, ya sabéis los que me conocéis), le había comentado a Alex de que podíamos cocinar cada uno lo suyo, aunque compartamos de vez en cuando.
Y hoy era uno de esos días donde hay que compartir cena, y tan a gusto.
Lo de cada uno lo suyo, no es en plan chungo. Si no que, con su vegetarianismo y mis intolerancias y rarezas alimentarias, mejor hacerlo así.
Cuando estaba Alex montando la tienda se asomó un hombre al balcón gritando en su perfecto griego. Yo salí de donde estaba cocinando para saludarlo también, sacando esa parte de:
– hola soy una chica, somos una pareja súper maja que vamos a pasar la noche y nos vamos.
Con eso, y con el:
– nos dijo un hombre que podíamos dormir ahí.
Su actitud cambió por completo y acabó hasta sonriendo, al final. Cómo somos los humanos y nuestros miedos.
De Mouriki a pasado Kastro
Lunes 7 de Febrero
Nos despertamos a las puertas de la iglesia, y allí en unos banquitos al sol, decidimos desayunar y hacer esas bicheadas a las redes, matutinas jijiji
Para después seguir marcha.



Hoy hice la primera arrastrada de bici, muy light la verdad, pero arrastrada.
La Eurovelo 11 nos llevo a orillas del Lago Limni Paralimni y el terreno es bastante accidentado, pista pedregosa, algo de barro y alguna que otra pendiente de piedra suelta que nos dificulta e imposibilita el pedaleo, cargados como vamos, porque con la Valkiria, mi bici de Enduro tengo claro que gozaría la subida y posterior bajada fijo, ya os lo digo.

Esa noche cae el pescadito famoso, que ayer con el rollo que tuvimos tarde/noche no me dio la vida.

Con miedo a que se me hubiese puesto malo, pero que va!! Triunfadísima. No me lo creo ni yo.
Día de proteína animal bien de bien, pues en la parada de medio día le tocó el turno al jamón ibérico y ecológico que me regalaron para mi viaje, mis amigos Sergio y Amelie. Que por cierto me supo a puta gloria.

Al pasar por Kastro otro intento por comprar algo más de comida, nada, ninguna tiendita de pueblo, lo que sí hicimos fue coger agua, pues la hora de acampar se acerca.


Acampamos al lado de una pista sabiendo que estaría cero transitada.
Pasado Kastro a Proskinas
Martes 8 de Febrero
Hoy el día amanece lloviendo y algo cerrado, pero aún así decidimos tirar millas porque la previsión no la dan tan mala.

Nada más lejos de la realidad.
Aunque vamos enfundados en nuestras capas para el agua y abrigaditos, el frío y la humedad, cala nuestros huesos.
Yo he cogido la costumbre de hacer una infusión cada mañana y guardarla en el termo pequeño que llevo conmigo, que nos da para dos tacitas a cada uno.
Pues bien, es momento de parar, por favor, y darle un sorbito y comer algo.Lo hacemos en una gasolinera abandonada después de una subida.
Nos guarecemos del viento frío y allí entramos un poquito en calor, no sé si es psicológico, pero cambia mucho el cuento en cuánto le metes algo caliente al cuerpo.
En un momento Alex se va por detrás, supongo a mear y reaparece con un cartel que gira y dice, puntuación para la Yoli, un 5, jajaja, un cartel con un cinco enorme! Por supuesto, me parto, lo normal en estos y muchos de los momentos vividos a su lado.
Somos una risa constante, eso ya os lo dije. Menudo par de dos.
Continuamos, yo deseando parar, no tiene sentido seguir así tal y como está el día, la verdad. No hay necesidad ninguna.
Y de la que estamos en plena bajada, pasamos por un pueblo y vemos como la terraza cubierta de un bar. Nos miramos, es el sitio de momento donde parar. Al lado justo está la fuente y la terraza tiene las puertas abiertas pese a estar el bar cerrado.
No nos lo pensamos dos veces y allí que nos metemos.
Alex dice que hay que intentar esta noche dormir a cubierto, y yo le doy la razón. Él se va a investigar y yo me pongo a cocinar algo calentito.
Y así fue. Mientras yo estaba liada con el puchero, Alex acabó en la puerta del bar, hablando con el dueño el cual nos dijo que iba a ver si conseguía que pudiésemos pasar la noche en una habitación que tenían en la iglesia.
Yo seguí mientras se hacían las gestiones cocinando y de repente aparece que sí, que lo tiene, que no hay problema y que ahora regresa con la llave.
Mientras tanto su mujer nos acerca dos tes, que en ese momento nos dan la vida.
Y tachan! con la llave en la mano, esta noche la pasamos bajo cubierta y con baño incluido. Todo un lujo… Cama pequeña, y sabéis a quién le toca esta vez no?? Pues sí sí, a la Yoli 😉
Allí terminé de nuestra comida, y sin cambiarnos de ropa ni nada, lo primero era lo primero. Comer caliente.

La tarde la echamos jugando al backgammon, me enseñó Alex que lo lleva consigo desde Istambul y está todo chinado porque le gané siendo la primera vez que jugaba.

También tuvimos nuestros momentos con nosotros mismos, esos que nos respetamos mutuamente y a veces necesarios, obvio, y con total naturalidad.
Tengo claro que Alex es ese compañero de cicloviajes porque con él todo fluye tan tranquilamente.
Y con este calor de hogar, cobijados en la casa del señor, me despido hasta la próxima, os voy a ir haciendo pequeñas entregas de la aventura, porque si algo aprendí con el blog y el formato del año pasado, es que ni dios ( bueno, sí un par de valientes fans number one, que se atreven con todo) lo acaba leyendo.
También es verdad que lo escribo para mí a modo de diario de viaje, pues mi memoria deja mucho que desear y será bonito el dia de mañana poder volver atrás y releer a la Yoli del viaje
LKV GRECIA
La Koffeecleta Viajera en Grecia
Ahh por cierto que ya se me olvidaba, cuando estábamos ahí todos liados con nuestras cenas, apareció Chris, el hombre del bar con su hija pequeña, trayendo mantas y almohadas, ¡que majete!
Bueno familia! Los que os hayáis animado a seguirme los pedales, os abrazo muy muy fuerte con todo mi cariño.
Ser felices y recordad
Sólo tenemos una vida y de nosotros depende vivirla.
Tú vives o sobrevives porque el Alex y yo
Supervivimos
Con cariño
Yoli , la Dragona y el Elbaristo
Siguiente capitulillo de la KoffeeCleta Viajera nos vamos adentrando en la Grecia profunda, conoceremos lugares con historia, y ya sabéis…más «yoladas» , así es como Alex bautiza cada cosilla que me van pasando por el camino, ya lo entenderéis en la próxima entrada.
Besiños
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